Los restos del cuerpo muerto
En la urna los pasean.
En su espíritu no hay restos,
Que el alma está siempre entera,
Está entera en cada hijo,
Sea cual sea su tarea,
sea cual sea su edad,
Sea cual sea su bandera.
Los jóvenes y sencillos
A los restos los veneran,
Porque saben que Don Bosco,
Está allí con su alma entera.
Y se acercan a la urna,
Y mientras miran le rezan:
“Padre, amigo de los jóvenes,
Danos tu luz y tu fuerza,
Para que llegue a tus hijos
Tu espíritu y tu alma entera:
En los barrios y talleres,
En altiplanos y selvas,
En parroquias y oratorios…,
En aulas, plazas y aceras,
no en urnas de organigramas,
costumbres y normas muertas.
Que tu espíritu ande libre,
Sin más muros y fronteras,
Que las que exige el amor,
Que el amor es exigencia,
Y exige no poner límitesDonde reina la miseria.”
En la urna los pasean.
En su espíritu no hay restos,
Que el alma está siempre entera,
Está entera en cada hijo,
Sea cual sea su tarea,
sea cual sea su edad,
Sea cual sea su bandera.
Los jóvenes y sencillos
A los restos los veneran,
Porque saben que Don Bosco,
Está allí con su alma entera.
Y se acercan a la urna,
Y mientras miran le rezan:
“Padre, amigo de los jóvenes,
Danos tu luz y tu fuerza,
Para que llegue a tus hijos
Tu espíritu y tu alma entera:
En los barrios y talleres,
En altiplanos y selvas,
En parroquias y oratorios…,
En aulas, plazas y aceras,
no en urnas de organigramas,
costumbres y normas muertas.
Que tu espíritu ande libre,
Sin más muros y fronteras,
Que las que exige el amor,
Que el amor es exigencia,
Y exige no poner límitesDonde reina la miseria.”
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