La presencia de la urna de don Bosco conteniendo una de sus reliquias, en este peregrinaje por diferentes partes del mundo, donde los Salesianos despliegan su acción misionera y evangelizadora, no es una mera casualidad, ni algo que se le ocurrió al Rector Mayor don Pascual Chávez Villanueva, para celebrar el bicentenario de su nacimiento. Tal vez ha sido una inspiración divina, una revelación, como los sueños proféticos que tuvo don Bosco durante toda su vida.
En los dos últimos años de su vida don Bosco vio de varias maneras el esplendoroso porvenir de su Congregación. En uno de sus últimos sueños de vio una inmensa multitud de jóvenes en un horizonte que llegaba a ser tan vasto como el mundo. Todos se acercaban y aplaudían su presencia tanto tiempo esperada. Él no conocía a ninguno, pero todos le conocían y le aclamaban.
No hay duda que hoy Don Bosco está no solo presente espiritualmente, a través de su reliquia, sino que está alentando el trabajo de sus salesianos en todas sus ramas. Está llegando sobre todo al corazón mismo de los jóvenes para decirles entre otras cosas: “Me basta que sean jóvenes para amarlos”, “Dios les ama inmensamente y no abandona jamás a ninguno”, “A Dios no le agradan las cosas hechas a la fuerza. Él es el Dios del amor y quiere que todo se haga por amor”, “La oración es para el alma como el calor para el cuerpo”. "María les quiere mucho", "Todo lo realiza Dios para el bien de los que Él ama", “María ha sido siempre mi guía y será también la guía de ustedes”, “El que pone su confianza en la Virgen Auxiliadora nunca se verá defraudado”, "Basta que un joven entre en una Casa Salesiana para que María Auxiliadora lo ponga bajo su protección", "Vivid y propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros”," Alegría, estudio y piedad: es el mejor programa para hacerte feliz y que más beneficiará tu alma”, ¡Mi mayor satisfacción es verte alegre!, “Si quieres una vida alegre y tranquila, procura estar siempre en gracia de Dios”, “Quien se preocupa mucho de su cuerpo y poco de su alma, acaba por caer en los brazos del demonio”, “Ser bueno no consiste en no cometer ninguna falta, sino en saber enmendarse”
San Juan Bosco es la Iglesia y en el mundo uno de los santos más queridos y más populares. Su misión específica fue la educación cristiana de la juventud, para esto recibió dotes naturales y dones sobrenaturales extraordinarios. Toda su vida la consagró a servir a Dios y a los jóvenes. Su lema: “Da mihi animas y coetera tolle” (Dame almas llévate todo lo demás).
La fama de su santidad, y de sus obras traspaso los confines de Italia. Se cumplió en ella la gran promesa de Jesús que dijo: “El que crear en mi, hará las cosas que yo hago y aun cosas mayores”.
El 16 de mayo de 1887 en Roma, en el ocaso de su vida en la Basílica del Sagrado Corazón, en plena Misa Don Bosco se conmovió y las lágrimas brotaron de sus ojos. En ese instante pudo comprender con claridad las frases del sueño de su niñez: “A su tiempo lo comprenderás todo”. El sueño de los nueve años se había convertido en una hermosa realidad.
En ese primer sueño se trazaron las grandes líneas de su misión; la finalidad, los medios y los métodos. La idea central: “La salvación de los jóvenes”, el método: bondad y caridad. (Sistema Preventivo, basado en religión y amor). Indudablemente hubo intervención sobrenatural en la Pedagogía Salesiana.
Don Bosco entrevé en sueños el vasto campo de su trabajo abierto sus hijos en el mundo entero. En 1856 don Bosco ve en sueños expandirse su obra y sobrepasar los confines de Italia y Europa misma, para extenderse por el mundo entero. Los sueños continúan, según sus relatos en 1861.
En 1876 alcanza a ver los futuros triunfos de la Congregación. “Habría una roca en medio de la llanura sin límites. “Oh que inmenso panorama. Vi gente de todas de todos los colores, con vestidos de toda clase, de todas las naciones. Entonces el personaje de mi sueño me dijo: “Mira contempla tú, ahora no comprendes lo que ves. Es la mies preparada para los salesianos. Los salesianos son los obreros de esta viña del Señor.
Don Bosco está cada vez más cerca de nosotros. Es el deseo de la Congregación Salesiana que este hecho reavive el ardor apostólico, renueve el compromiso de todos los salesianos por trabajar en medio de la juventud pobre y abandonad y que el testimonio de Don Bosco haga renacer en ellos las ansias por la santidad.
Cuando estemos ante la reliquia de Don Bosco no estaremos ante la presencia de un cadáver, sino de alguien que está vivo y que convoca vida en sus hijos. Es una invitación a imitar sus virtudes y a convertirnos en sus más fieles seguidores, para continuar su misión, su obra y su apostolado, para con los jóvenes que hoy en día necesitan de la presencia de un Padre, de un Maestro y de un Amigo.
Francisco Rosas Castillo SC
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